domingo, 30 de diciembre de 2018

Oda a la crueldad

 

La balada de Buster Scruggs, última película de los hermanos Coen está causando cierta incomodidad: inmediatamente la crítica pretende dar una interpretación auténtica, es decir,  una opinión única y verdadera. Y así la etiquetan como un western de humor negro. Personalmente, parafraseando a un  conocido cantautor,  creo que la película dice más de lo que dice, pero dice la verdad. Se ve como una oda a la muerte, yo creo que es una oda a la crueldad.
 Revisando las novedades literarias y cinematográficas de fin de año, pareciera que la intención ingenua de querer edulcorar a toda costa la existencia humana no tiene sentido en el mundo actual, porque  el hombre sabe que la vida es cruel, y no es precisamente el demonio el culpable de esto. No voy a cometer el viejo pecado de contar las películas, solo recomendar que vean y se vean en La balada Buster Scruggs,

domingo, 23 de diciembre de 2018

Los regalos de Jesús


Llega la Navidad y las redes sociales sustituyen a las viejas y tradicionales tarjetas que se venden, todavía, en librerías que se niegan a morir. La tecnología permite que los buenos deseos de la gente lleguen a todas partes. En medio del mar de mensajes hay una frase que se repite” Te deseo que el Niño Dios te traiga lo mejor”. Y aquí salta la duda: ¿Qué es lo mejor?
En la novela de Fernando Sánchez Dragó, La prueba del laberinto, se dice que Jesús aportó dos cosas al mundo: el libre albedrio y el amor compasivo y solidario.  El libre  albedrio es la potestad que tiene el hombre de escoger los caminos de su vida y el amor solidario es el que da sin esperar nada a cambio y  no es indiferente ante el dolor ajeno. Estos fueron los regalos de Jesús.
¿Esto es lo que quiere la gente que le traiga Jesús en Navidad? Parece que no, porque según el citado autor, en el mundo occidental amar significa poseer, y en cuanto al libre albedrio, G Sánchez Dragó describe duramente las costumbres de este tiempo: “La gente se ira mascando chicle de hidrocarburos de fresa hacia el centro comercial más cercano, para invertir sus ahorros en lechugas de plástico, hamburguesas de rata china, lencería y cosméticos de placenta humana… se fundirá el resto de la jornada sesteándose y rebosándose de culebrones , partidos de futbol, noticias manipuladas, decibeles estereofónicos, video clips descoyuntados, concursos modorros, reclamos de desodorantes para ciudadanos elegantes o detergentes para marujonas competentes, tetas y culos de silicona, azafatas en paños menores, anuncios institucionales del Ministerio de Hacienda, ruines mentirillas de políticos asalariados por Banqueros,  multinacionales, jeques del Golfo Pérsico o el Presidente de los Estados unidos… “
Ese es el mundo que describe Sánchez Dragó en su novela,  muy alejado de los aportes de Jesús. Ese mundo existe indudablemente, pero no es el único, porque también nos encontramos con muchas personas que viven de forma diferente y trabajan para cambiar las cosas y que el anhelado reino de Dios se haga realidad para todos.
Por eso, en medio de las deslumbrantes luces del placer, hay que pedir que los verdaderos  regalos de Jesús lleguen a todos,  porque allí está la felicidad. (twitter @zaqueoo)