domingo, 3 de julio de 2022

¿A quién le puede interesar Ciudad Guayana


Hoy vivo el aniversario de la ciudad de una manera diferente porque no estoy presente: las circunstancias me obligan a verlo desde Caracas. No podré disfrutar en primera fila  de los homenajes, los foros y sobretodo de las sabrosas anécdotas que reconstruyen nostálgicos recuerdos; tengo que conformarme con mirar a distancia, como se hace ahora, tratando de ser fiel al compromiso moral de dedicar unas líneas a la ciudad que ha sido el escenario de mi vida.

Conversando con un caraqueño sobre el país y su realidad actual, me dijo sin orgullo y con cierta tristeza que, en su opinión, en Venezuela la única ciudad es Caracas,  y las demás son centros poblados, tratando de resumir en una sola frase el estado de abandono de las ciudades del interior. Ante esto me surge la duda, ¿de qué escribir y para quién voy a escribir? porque el pasado apasiona más a los adultos que a los jóvenes, y eso hace que la historia y los historiadores sean cosas de viejos, no de influencers; a eso me referiré mas adelante. Con mi estilo de atrapar ideas en “papel y kilométrico”, garabateé lo siguiente

¿ A quien le puede interesar la historia de unos hombres que llegaron a unas sabanas y bosques incultos, en la década de los 50 para fundar una ciudad?

¿A quien le puede interesar la forma como se planificó y construyó una ciudad que fue modelo y orgullo nacional?

¿A quien  le  puede interesar conocer a los hombres que, con visión de futuro,  construyeron empresas, represas y bosques?

¿A quien le puede interesar, saber como se vive entre ríos, impresionantes parques naturales y el cielo más hermoso que se pueda imaginar?

¿A quien le puede interesar la historia de una región  que desaprovechó la oportunidad de convertirse en una de las mejores del mundo?

Seguramente que me contestarán ¡A los guayaneses!: a quienes viven  en Ciudad Guayana, y allí tienen su vida, su familia y sus esperanzas.  Y  están dispuestos a luchar para superar las adversidades que atraviesa la ciudad en estos días; de esto no tengo duda. El problema es que vivimos tiempos muy particulares: leí un artículo de Rosa Montero donde contaba que,  en la Feria del Libro de Madrid se armó un alboroto en torno a una persona que estaba firmando libros y tuvo que intervenir la Policía Municipal . “Pues bien la estrella objeto de ese esforzado operativo no era un premio Nobel, por su puesto, ni siquiera un autor internacional de rutilantes best sellers sino una influencer (espantosa palabra) de la red Tik Tok…” 

Traigo este ejemplo para explicar la razón de mi título.  No me voy a meter en la dura crítica de Rosa Montero, ni analizar la advertencia de que estas redes pueden fomentar la maldad. Pero  si en la Feria  del Libro de una ciudad donde hay muchos lectores como es Madrid,  hay más público para los influencer  que para sus destacados escritores, si la literatura de altura está en peligro, qué se puede esperar para nuestras  crónicas guayanesas. 

Tengo la esperanza, de que el interés por Ciudad Guayana y su historia  no va a desaparecer, porque las preguntas que formulé anteriormente siempre tendrán vigencia. Sobre todo, para esos jóvenes inquietos que quieren conocer sus orígenes y su futuro. Porque para saber de donde venimos,  que hacemos aquí y a donde vamos, Tik Tok no es suficiente.