sábado, 15 de octubre de 2022

Ucab Guayana: 25 años de quijotismo ignaciano



Por las redes sociales se  trasmite la alegría de que La Universidad Católica Andrés Bello de Guayana está cumpliendo 25 años. Estoy seguro de que los numerosos protagonistas de esa historia tendrán muchas cosas que contar de esa aventura que ha navegado por los momentos más turbulentos de la historia del país, tratando de ser fiel al lema  que ha escogido para su cumpleaños “Construimos futuro”.  No tengo dudas del poder que tienen esas palabras porque  desde la llegada  de la Ucab a tierras  guayanesas siempre ha demostrado tener una fortaleza espiritual capaz de convertir en realidad lo que parece imposible.  

En este sentido voy a contar una anécdota de los tiempos de su fundación. Una mañana el mes de abril de 1998, en una pequeña oficina ubicada en el Colegio Loyola estaban reunidos tres jesuitas y cuatro laicos:  los sacerdotes Luis Ugalde, Luis Azagra y José María Baquedano, y  junto a ellos Constanza Verolini,  Rafael Estrada, Iñaki Garitaonandia y yo,  El objetivo de la reunión era programar el inicio de actividades para el año académico 1998-99. Pero en aquel momento, lo que hoy se conoce como Ucab Guayana no tenía ni un profesor, ni un alumno, ni una piedra del hermoso campus que ahora le sirve de sede.

De esa reunión  -entre otras cosas- recuerdo que el padre  Ugalde, palabras más palabras menos dijo: “Tenemos que fundar una universidad, que es mucho más que dar clase con tiza y pizarrón”. Es posible que esa frase no signifiquen nada para arrogancia contemporánea que cree saberlo todo,  pero dicha hace 25 años, en un momento en que las cosas no pintaban muy bien, porque empezaba a evidenciarse el derrumbe de la economía local, en el cielo político aparecían oscuros nubarrones y de la universidad proyectada y deseada no había nada,  me pareció que era la  expresión de una virtud que he bautizado como quijotismo ignaciano,  que es colocar siempre por encima de la adversidad las esperanzas y los ideales, con la fe de que algún día se  convertirán en realidad.

Han pasado 25 años. ¿Qué es la Ucab Guayana hoy?  ¿Qué ha significado para la región? dos preguntas que pueden conducir a interesantes reflexiones y pueden producir muchos relatos . Para mi,  es mucho más que dar clases con “tiza, marcador y pizarrón”;  una universidad en todo lo que eso significa:  Un campus espectacular que es orgullo de la ciudad y una  hermosa historia que tiene muchos protagonistas,  que contagiados de esa fortaleza espiritual que nunca se siente entregada, con compromiso ejemplar, en las buenas y en las malas, siempre han estado a su lado. 

“Construimos futuro” Larga vida al quijotismo ignaciano