La crisis de la razón jurídica

De una manera sencilla, puedo decir que una persona tiene razón jurídica cuando su conducta está ajustada a lo que indica la ley. Una de las primeras cosas que se enseña en las Escuelas de Derecho, es que, para ganar un juicio hay que tener razón, y jurídicamente tiene razón quien se comportó de acuerdo con lo que dice el Derecho. Comienzo con esta explicación tan obvia, porque vivimos momentos en que pareciera que el mundo está al revés y hasta las cosas más evidentes requieren explicación o aclaratoria. Pero mi intención no es utilizar este espacio para enseñarle al ciudadano común conceptos jurídicos fundamentales, no: lo que quiero es evidenciar a donde ha llegado el deterioro del ejercicio del derecho, que hasta ilustres juristas que siempre lo han defendido, afirman que en la actualidad las razones jurídicas no son determinantes para tener éxito en un litigio.

Si tomamos como ejemplo los casos más sonados recientemente en los medios de comunicación, apreciaremos que las protestas tienen más efecto que los argumentos: la movilización estudiantil contra la Ley de Educación Universitaria, tuvo más peso que lo expuesto en la Asamblea Nacional por quienes votaron contra su aprobación; la huelga de hambre de los estudiantes alcanzó mejores resultados que  los recursos ejercidos por los abogados para la liberación de los presos políticos;  y ni se diga del caso de Rubén González, a pesar de que muchos afirman que en el expediente todo está a su favor, fue necesaria y una numerosa movilización sindical, para que pudiera alcanzar la libertad.

Como abogado y profesor de derecho veo con bastante preocupación, como se generaliza una filosofía utilitarista, que pretende sustituir la razón jurídica por otro tipo de motivaciones cuando de convencer a alguien  se trata. En medio de un debate sobre la inconstitucionalidad de la enmienda, me dijo a  una persona: “a la gente no le importa si eso es inconstitucional, lo que le interés es saber en qué le favorece o le perjudica”. Y recientemente en una reflexión sobre la ley habilitante ocurrió algo parecido, se descalificó totalmente el análisis jurídico, con el argumento de que a la gente eso no le interesa.

Esto es tan grave, que pone en peligro la posibilidad de que en algún momento podamos construir un verdadero Estado de Derecho. Por eso, hay que empezar a enseñarle a la gente, que los derechos valen más que la cosas. Por ejemplo, sin respeto al derecho de propiedad, nadie es dueño de nada. Y lo más importante para la defensa de los derechos es que la razón jurídica se reconocida;  como dicen algunos seguidores del realismo norteamericano: “Somos verdaderamente dueños de nuestra casa, cuando la razón que tenemos para defenderla pesa ente un tribunal, más que cualquier otra que nos la quiera quitar” Lamentablemente, parece que en Venezuela esto no aplica. Al estar escribiendo este artículo me entero que, un ex miembro de la Constituyente, se declaró en huelga de hambre ante la embajada de Italia, buscando protección al derecho de propiedad que alega tener sobre un inmueble. Caramba, si la razón jurídica no vale para proteger los derechos, y la única forma de hacerlo es la huelga de hambre, como dice el refrán, “Apaga y vámonos”

Como dice Serrat: “Sería fantástico que la fuerza no sea la razón”; Pero hay que reconocer  que la razón jurídica está en crisis, porque a veces no es suficiente para hacer eficaz el derecho amenazado. Esto hay que remediarlo pues de lo contrario vamos camino a la barbarie. Además,  lo que verdaderamente nos hace iguales  es que todos seamos considerados por  las razones que tenemos y no por el poder o las cosas que poseemos. jblanco@ucab.edu.ve