sábado, 8 de julio de 2023

La alegría de La Voz Ucabista

El pasado martes 4 de julio Lali Machado cumplió con la súplica de Fito Páez y  dio alegría a los corazones de los ucabistas de Guayana, en tiempo en que pareciera que eso es algo imposible, al ganar el Festival de canto Universitario La voz Ucabista. Lamenté no estar presente  para vivir el momento, pero Caracas es una ciudad de circunstancias y cuando la distancia se mezcla con la lluvia y el tráfico el destino es inseguro.

Me habían advertido que la opción de triunfo era real por la calidad de la participante de Guayana, cosa que confirmé cuando oí la interpretación transmitida por las redes: todo estaba rigurosamente en su lugar; la imagen, los tonos, el ritmo y los compases de la melodía. Esta muchacha tiene un don natural para la música, que es corazón, talento y oído. Y detrás de todo esto está la mano silenciosa y humilde de quienes han estado a cargo de la preparación de los concursantes desde hace más de 20 años.

Con el apoyo de la inteligencia artificial -exageradamente de moda- se puede decir que, desde hace 8.966 días Antonio Grilli y su esposa Ibelitze  han estado a cargo de la cultura en Ucab Guayana; especialmente en lo que a la música se refiere. Recuerdo el primer concurso de La Voz Ucabista  que se celebró en las aulas del antiguo posgrado, en el Loyola, cuando todavía no existía el campus. El evento era muy pedagógico, porque si el participante desafinaba se le permitía salir al pasillo a ensayar  para intervenir nuevamente; había una muchacha empeñada en alcanzar una tonada de Simón Díaz que estaba muy lejos de sus condiciones y cada vez que desafinaba lloraba amargamente. Después, La Voz Ucabista de Guayana alcanzó un nivel de exigencia tan alto, que los ganadores siempre terminan en los primeros lugares del festival que anualmente se celebra en Caracas.

Lo que le han aportado Ibelitze y Antonio a la historia cultural de  Ucab Guayana y de la Ciudad en general,  no se puede contar en este pequeño espacio: puedo recordar como ejemplo, que hasta el desaparecido Aquiles Báez dio un espectacular concierto a casa llena en el auditorio Constanza Verolini, dejando para el recuerdo no solo su música, sino unas palabras de elogio a la excelente organización del evento.

Por eso y mucho más, en un momento  de especial alegría, quiero felicitar, tanto a la flamante ganadora como a Ibelitze  y Antonio: se lo merecen; porque en tiempos en que el pasado parece “implosionar” sin dejar rastro  de los acontecimientos que echaron las bases del presente, hay que hacer justicia y no quedarse con un aplauso sin destacar el largo camino que tuvieron que recorrer para llegar hasta aquí.  


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