miércoles, 14 de diciembre de 2011

La cultura de la improvisación


Improvisar es hacer algo sin  preparación previa. Según la tarea que deba realizarse, improvisar puede ser bueno o malo: Si ante la necesidad de responder a algo inesperadamente  se demuestra conocimiento y preparación, es evidente que la capacidad de improvisación es una virtud; pero cuando el acto exige planificación, y  ésta no se hace, sino que se actúa  con la filosofía del famoso protagonista de la novela Por estas calles  Eudomar Santos “Como vaya viniendo vamos viendo”, es evidente que la improvisación es algo malo,  y de allí nace la descalificación “Fulano es un improvisado”, o “Eso es algo improvisado”.

Cuando los representantes del movimiento estudiantil que organizaron el debate de los candidatos a la gobernación de estado Bolívar en la Ucab Guayana me pidieron que sirviera de moderador del evento, me dijeron que, “Todo iba a estar planificado rigurosamente para no dejar nada a la improvisación”. Debo confesar que la frase me dejó pensativo, porque  cuando los  jóvenes estudiantes se manifiestan en contra de la improvisación estamos ante un avance interesante.

Hace años un profesor chileno residente en Alemania, que nos visitó para dictar una conferencia   sobre Habeas Data, me comentó que, le impresionaba como aquí algunos conferencistas se presentan a los foros sin llevar sus ponencias escritas, esforzándose más bien por demostrar dotes de "histrionismo". Según  el invitado, en Alemania esto es muy mal visto: el  conferencista debe presentar la ponencia escrita y leerla para no “pecar de  improvisado”.  Aquí  ocurre lo contrario: el que lee es un aburrido;  tal vez, porque muchas veces confundimos el conocimiento con el entretenimiento y creemos que todo debe ser espectáculo y diversión.

Al asunto va mucho más allá de los estilos personales o las exigencias académicas. La cosa se agrava porque pareciera que, en todos los ámbitos de la vida pública se está generalizando una  “cultura de la improvisación”. No se planifica nada y solo se actúa con operativos de emergencia cuando sucede algo. Nos estamos acostumbrados a que todo falle. Un amigo colocó en el techo de su casa un tanque de agua que estéticamente se ve muy mal;  cuando le pregunté, por qué no lo había hecho subterráneo me dijo “En Venezuela lo único que no falla es la fuerza de gravedad”.

 El debate organizado por la representación estudiantil se desarrolló tal y como estaba planificado: duró el tiempo previsto, todos los candidatos tuvieron las mismas oportunidades de intervenir, el mismo tiempo, etc.; el público se comportó a la altura, respetando las reglas establecidas previamente; nadie  insultó a nadie.  En fin, un evento que más allá de lo que se le cuestiona, sobre si fue o no debate, constituye una enseñanza importante, porque demuestra que se pueden organizar bien las cosas y exponer ideas diferentes  en un tono de cordialidad, sin gritos ni ofensas. Un éxito que se anotaron los muchachos, ¡felicitaciones!.

Debo terminar destacando que, en un momento se pensó que evento no se podría realizar, porque falló la energía eléctrica; Menos mal  que la Universidad tiene planta eléctrica para estos casos. Como se puede ver la planificación es muy importante. Por eso, destaco  como notas importantes del evento: La intención estudiantil en contra de la improvisación, la organización y el comportamiento de los candidatos y el público asistente, y la previsión de la Universidad ante la eventualidad de que falle el  servicio de energía eléctrica. Se me ocurre que, en futuros debates, se puede preguntar a los aspirantes a cargos públicos, sobre las medidas para fomentar la cultura de la planificación por encima de la improvisación. Twitter @Zaqueoo

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