martes, 20 de diciembre de 2011

El pesebre y el mensaje de Navidad


La Navidad es una de las fiestas más importantes del cristianismo que celebra el nacimiento de Jesús en Belén.  Esto es algo notorio y sabido por todo el mundo, lo que no está muy claro y siempre es motivo de discusión es el verdadero significado de esta fiesta: para muchos es tiempo de luces, adornos y alegría, que algunos viven espiritualmente y otros festivamente; para la mayoría no es más que un periodo de vacaciones de fin de año; un momento propicio para soltar el acelerador de la vida y descansar un poco. Pero no se puede negar que es un tiempo  especial que tiene manifestaciones diferentes, principalmente por su música y sus imágenes. Si hay algo representa a la Navidad es el pesebre que reviven el nacimiento de Jesús. La creatividad artística se manifiesta a la hora de construir “el nacimiento”, inclusive en la UCAB hay un concurso que premia al más original. Sobre esto hay opiniones encontradas: unos creen que es una tradición que alegra y se debe conservar;  otros, sin rechazarla, dicen que tanto adorno oculta el verdadero nacimiento de Jesús.

Giovanni Papini, poeta y escritor italiano, en su libro La Historia de Cristo dice que Jesús nació en un establo: “En un establo real,  no en el alegre portal que los pintores cristianos han edificado avergonzados de que su Dios hubiese nacido en medio de la miseria y la suciedad;… un establo es la casa de los animales un sitio oscuro sucio y mal oliente… Allí en medio de las bestias nació el hijo del hombre que iba a ser devorado por  las bestias: ¿No es acaso el mundo un inmenso establo donde los hombres engullen y estercoliza?” El libro fue publicado en 1921 causando bastante polémica y revuelo. No voy a suscribir al pie de la letra todas las afirmaciones del autor, pero hay que reconocer que muchas veces la celebración oculta el verdadero mensaje: la luz, la música, los fuegos artificiales, todo eso que alegra la Navidad  le esconde a mucha gente su verdadero sentido.

La experiencia de la Navidad es enriquecedora y tiene como aspecto positivo  indiscutible la alegría que le produce al hombre: Hasta los ateos la celebran. En una sociedad plural en  lo cultural, político y religioso, no se puede pretender imponer una idea exclusiva: que cada quien desde sus creencias la celebre como su conciencia le indique. Pero, ¿Qué propone, qué trasmite el pesebre de Belén?. Discúlpenme que termine hablando en primera persona, pero para mí, trasmite esperanza: en medio de tanta desgracia, maldad y desamparo es posible que nazca el verdadero hombre nuevo, que deje a un lado las miserias humanas y trabaje para construir un mundo donde “todos seamos hijos de Dios”, como dice Serrat. Y no me refiero a otras personas sino a cada uno de nosotros: Si queremos salir de esta oscura noche que vive la humanidad,  es necesario que en nuestro corazón se “instale un pesebre” y nazca el proyecto de Jesús.  Twitter @zaqueoo

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