martes, 7 de mayo de 2013

La esclavitud de este tiempo


Una de las conquistas morales más importantes de la historia del hombre es la abolición de la esclavitud; es decir, la situación en que se encuentra una persona que está dominada por otra, y por lo tanto, carece de libertad. En tiempos pasados la esclavitud era aceptada moral y jurídicamente; inclusive, ilustres pensadores como Aristóteles la consideraban como algo natural. Precisamente, esa esclavitud “legal” fue rechaza y abolida por las sociedades modernas, pero hay otras formas de esclavitud que están presentes en nosotros.

La semana pasada, los cursantes del Postgrado de Derecho Procesal Civil, específicamente de la materia Técnica Probatoria Avanzada, me presentaron una investigación sobre casos difíciles de probar: se trata de situaciones en que, de manera oculta se cometen atropellos contra las personas y, como no hay pruebas, muchas veces quedan impunes. Me llamó la atención que las falsificaciones y los negocios jurídicos simulados ya no son los ilícitos “ocultos” más comunes, ahora se están generalizando una serie de actuaciones que no atentan contra la fe pública, sino contra la dignidad de las personas.

Entre los casos presentados en el curso antes mencionado se generalizan situaciones de acoso sexual laboral, hostigamiento sicológico a los trabajadores para obligarlos a retirarse de las empresas, chantajes emocionales para obtener el consentimiento en negocios jurídicos y muchas otras situaciones en que personas inescrupulosas se aprovechan de las necesidades de la gente para obligarlas a hacer lo que no quieren hacer. Antes, estos eran casos aislados, pero parece que ahora se están generalizando, y que la condición de empleado subordinado hace perder el derecho a ser tratado como una persona digna.

Relaciono esta situación con la esclavitud de antaño, porque normalmente quienes las padecen son personas que se encuentran en un estado de precariedad económica que las obliga a soportar vejámenes para no perder el sustento de la familia. Leer los casos presentados produce verdadera indignación ¿Cómo es posible que en una sociedad donde nos jactamos de nuestros avances éticos y científicos y esgrimimos orgullosamente nuestra Constitución se estén cometiendo estos atropellos? Es evidente que los nombres de los expedientes presentados no son reales y algunos alumnos dicen que son casos inventados, pero el nivel de detalle me hace concluir que son situaciones de la vida real, ligeramente “editadas”.

Lo peor es que la cosa no termina aquí. Al lado de estos atropellos clandestinos que se cometen contra la libertad de las personas, en los últimos tiempos han aparecido otros que se manifiestan de manera pública y evidente: el despido por disidencia política. Los medios de comunicación han presentado declaraciones de gerentes y funcionarios de empresas públicas que amenaza con ignorar las leyes laborales y despedir a trabajadores que simpaticen con la oposición. El gobierno garantiza que eso no va a ocurrir. Ojalá que así sea, porque como decía al principio, una de las conquistas más importantes de nuestra cultura jurídica occidental es la abolición de la esclavitud y la construcción de un mundo de hombres libres. Porque sin libertad no hay dignidad humana, ni Estado de Derecho y mucho menos de justicia.

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