martes, 17 de mayo de 2011

Dictamen sobre la amistad en nuestro tiempo

A  veces “hacer cola” tiene su lado positivo, porque nos permite compartir o escuchar las anécdotas que sobre lo divino o lo humano cuentan los conciudadanos.  Estando en  el supermercado,  en la cola de la charcutería, escuché una amena conversación entre dos amigas:
-Manita cómo te encuentras,
-Aquí vamos “llevandola”; 
-Mira, y qué es de la vida de Pedro;
 -Tengo tiempo que no lo veo;
 -¿Cómo va a ser? si antes no salía de tu casa
 -Sí, pero ahora le va ¡buenísimo!

Qué ironía; esto hacer recordar a Eurípides,  que decía: “A quien Dios les da bienes, no necesita amigos”. Dura sentencia, que cobrar vigor en este tiempo, en que el valor de la amistad parece que es algo relativo, de acuerdo al interés que pueda tener la relación  con “el pana”

 En efecto, la amistad, el hermoso sentimiento  elogiado por Aristóteles, Cicerón, Séneca o San Pablo, y que indiscutiblemente  ha sido motivo de alegría para la vida del hombre,  ha entrado en crisis. Hoy,  está siendo sustituido por una  concepción pragmática del afecto, que solo ve en los amigos la utilidad  material que pueden producir; más que amistad lo que se busca es el favor de las relaciones. Un ejemplo de esta  idea de la “rentabilidad de la amistad” se manifiesta claramente en algunos libros o cursos de auto ayuda, que instruyen sobre “Como hacer amigos para tener éxito en los negocios” Así las cosas, la amistad en este tiempo está permanentemente amenazada por: el interés económico, la pasión política, el individualismo posesivo, e inclusive por el fanatismo deportivo. La fraseología popular, salpicada de cierto humor, se ha encargado  de dibujar esta manera de ver los sentimientos “Si bien me quieres, bien te quiero, pero no me toques el dinero”

 En la vida social del hombre actual,  muchas veces se confunde  lo que se llama, “alternar o socializar”, con lo que significa realmente la amistad, que no es otra cosa  que el  cariño incondicional  hacia una persona. Si queremos  ver un ejemplo de la verdadera amistad, busquemos en la Biblia la historia de  Noemí y  su nuera Rut. Cuando Noemí, envejecida y asediada por la desgracia, le dice a Rut que se vaya a buscar una mejor vida con su familia, ésta le replica: “No me obligues a dejarte yéndome lejos de ti, pues donde tú vayas iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios; donde tú mueras allí quiero morir y ser enterrada yo; Que el señor me castigue como es debido si no es la muerte la que nos separe.” ¡Qué diferencia con las amistades de hoy!

 En conclusión ¿Cómo valorar la amistad  en nuestro tiempo? Pareciera que es más frágil que las hojas secas que fácilmente son arrastradas por el viento. El lamento de la señora del Supermercado que se siente olvidada por el amigo afortunado se repite constantemente, al igual que el de otras personas,  dolidas por el maltrato que reciben de quienes  creían que eran  sus amigos. Muchos le echan la culpa al materialismo  imperante   en el mundo actual, e inclusive a las crisis económicas. Aunque  pueda parecer ingenuo lo que voy a decir, creo que lo que está en crisis son las relaciones  entre los conocidos y no las verdaderas amistades. Porque  como  dice San Pablo en su carta a los Corintios, la amistad (la verdadera) “Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo” jblanco@ucab.edu.ve 


1 comentario:

  1. Ah un saludo profe, le saluda Angelo, debo decir que mientras leia su escrito no podia evitar evocar en mi mente, su manera de hablar, al punto que juraria que esto me lo dijo uste y no que lo lei.

    Mientras leia cada palabra evocaba sus entonaciones, gestos y particularidades, creo que le dan un tono especial a la lectura, que la diferencia de aquel que lo leen sin conocerlo. No conocia el Blog pero espero seguirlo.

    Saludos y hace 1 año no hubiera entendio la mitad de las citaciones biblicas hoy es una cosa completamente diferente.

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