martes, 24 de mayo de 2011

Hombres de partido

 A veces las circunstancias nos obligan a citar repetidamente a quienes con mucha claridad han denunciado los males de la sociedad. Por eso, cito otra vez  a José Ortega y Gasset, filósofo y ensayista español, que fue uno de los más duros críticos de lo que se conoce como “El hombre masa”: un ser gregario, que renuncia  a una  vida autónoma, adhiriéndose gozosamente a lo que piensan, o hacen los demás. En esa línea del pensamiento, reprocha duramente a los llamados,  hombres de partido, aquellos que sin mayor razón o reflexión,  se convierten en “partidistas” por comodidad o interés. La radicalidad de Ortega y Gasset en este sentido le lleva a afirmar que: “Por lo pronto no son nunca los que pensaron originalmente la idea en torno a la cual se formó el partido y que provocó la melée.  No son, pues, gentes que hayan por sí mismas, pensado nunca en nada. Se han encontrado con un partido hecho que pasaba por delante de ellos y lo han tomado como se toma un autobús. Lo han tomado a fin de no caminar con la fatiga de sus propias piernas. Lo han tomado para descansar de sí mismas. Porque hay gente cansada de sí misma desde que nace”
En la actualidad política venezolana, las razones por las cuales una persona se  convierte en “partidista” van más allá de la pereza intelectual que se denuncia en el párrafo anterior. Sin pretender hacer  un examen exhaustivo, creo que las razones que lleva a inscribirse en un partido, o sumarse a un movimiento político, son las siguientes:
(i) Razones altruistas, que motivan a inscribirse en un partido político para trabajar por los demás y prestar un servicio público al país y sus conciudadanos. Lamentablemente creo que no son la mayoría
(ii) Razones ideológicas, que agrupan a  los hombres  que comparte ideales  o tiene una afinidad o relación de pensamiento.
(iii) Razones emocionales (los sentimientos). Aquí hay que hacer una subdivisión: por una parte están  los que se adhieren a un partido porque creen que allí los consideran o toman  en cuenta; se acercan  a quienes los aman. Pero en este mismo grupo y en sentido contrario están los que se suman a los enemigos de sus enemigos; no es el cariño, sino  el odio o el resentimiento lo que los mueve.
(iv) Intereses personales que solo buscan: cargos públicos, empleo, conservar o mejorar  las condiciones de trabajo, pensiones, viviendas, becas etc.,
(v) Los negocios políticos: la política siempre ha sido –para algunos- la oportunidad de hacer riqueza fácil bajo el amparo del poder.
 En numerosos programas de opinión, he oído decir que,  Venezuela está dividida políticamente  en tres pedazos: los que siguen a Chávez, los que están con la oposición y los  que no se quieren meter en la política. Creo que es una manera muy sencilla de interpretar la realidad, porque las verdaderas  razones de la participación política en nuestro país, se ubican desde la pereza intelectual del “hombre de partido” de Ortega, hasta la sustitución de las “conciencias políticas” por los “bolsillos interesados” de Krauze.   Esto es terrible para la salud política de una sociedad.  Y la única solución, es la formación de personas  con mentes autónomas, que tengan la capacidad de distinguir  entre un verdadero ciudadano, que nunca renuncia a pensar por sí mismo, y un “hombre de partido”, es decir, el miembro de una masa que está al servicio de otros que la manejan a su antojo. jblanco@ucab.edu.ve

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