martes, 6 de noviembre de 2012

Las víctimas de la injusticia y del pecado


En la Universidad Católica Andrés Bello de Guayana, específicamente en el área de postgrado se ha creado un espacio para dialogar y compartir visiones diferentes sobre la marcha del país. Las reuniones han sido provechosas por la participación y el intercambio de opiniones. La semana pasada se planteó -entre otras cosas- la idea de que el diálogo debe realizarse entre quienes causan las injusticias y las víctimas que las sufren: el diálogo político entre el gobierno y la oposición es necesario, pero es más necesario entre el que causa la maldad y el que la padece. Y el punto de partida de esta idea es que, todos, de una u otra manera somos causantes de injusticias y generadores de maldad. Es una visión compleja del problema de la justicia social, que se dirige al análisis de la naturaleza humana y obliga a hacer una gran reflexión personal.

En otro escenario, el teólogo José María Castillo hace unos días publicó en su blog un artículo titulado Las víctimas de la crisis, víctimas del pecado, allí analiza la situación que vive la sociedad española diciendo: “A estas alturas, nadie pone en duda que la crisis económica ha sido causada, en gran medida, por la corrupción moral de los responsables de la política y la economía. Por otra parte, hablar de corrupción es hablar de maldad. Ha sido gente corrupta, gente mala, la que ha provocado -y la que sigue provocando y manteniendo- el inmenso sufrimiento que están padeciendo las víctimas más castigadas por esta enorme desgracia que se nos ha venido encima ¿Se puede decir, por tanto, que las ‘víctimas de la crisis’ son, las victimas del pecado?”. Más adelante, analizando lo que es el pecado, destaca que es un error seguir sosteniendo que el pecado es lo que ofende a Dios, cuando en realidad es lo que daña al hombre:“El pecado no es una mala relación con Dios, sino una mala relación consigo mismo y con los demás”.

Los dos casos narrados con anterioridad revive la espinosa polémica que se produce por las relaciones entre la política, la ética y la religión. Para muchos es un disparate mezclar estas cosas, porque consideran que los problemas de la sociedad son producidos por causas “terrenales”; por errores científicos, que se producen cuando no se maneja correctamente la economía, o errores políticos que se generan cuando no se gobierna adecuadamente para todos los ciudadanos. No comparto lo anterior, porque creo que es muy difícil encontrar una acción humana donde no esté presente la ética, por ejemplo: los niños en la calle, o las familias padeciendo necesidades, son problemas políticos indiscutiblemente, pero si se analiza en detalle la raíz de sus causas nos vamos a encontrar con graves irresponsabilidades morales.

Discutir sobre estos temas es muy importante, pero hay que evitar que todo se quede en un debate académico entre intelectuales y no se trabaje de manera efectiva para evitar que sigan ocurriendo estas cosas. La mayoría de los problemas que tenemos como sociedad se pueden resolver si empezamos por aplicar correctamente las leyes: cuando los corruptos sean castigados, los afectados indemnizados y los irresponsables tenga que pagar por los daños que causen sus acciones, las cosas marcharán de otra manera. Por eso ante la pregunta de José María Castillo ¿Se puede decir que las víctimas de la crisis son víctimas del pecado? Sí, puede ser, ¿pero de lo que no hay duda es que son víctimas de la injusticia?

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