Terminamos y comenzamos el año sumergidos en la polémica sobre lo que
va pasar si el presidente no se presenta a tomar posesión del cargo
este jueves. Unos dicen que se debe convocar inmediatamente a nuevas
elecciones; otros creen que debe nombrarse una junta médica que
determine la condición clínica de Chávez; consideran por otro lado que
la juramentación puede realizarse posteriormente ante el TSJ, e
inclusive, el presidente de la AN sugirió que se puede extender el
permiso otorgado al presidente. En fin, hay una verdadera “guerra de
interpretaciones” y, como siempre, un mal ambiente de agresiones e
insultos que no conducen a nada bueno.
En referencia a la interpretación constitucional es bueno aclarar
que, los grandes maestros del derecho han establecido que sobre una
misma norma puede haber distintas opiniones de acuerdo con el método que
se utilice para interpretarla: si se utiliza el método literal, es
posible que se le dé un sentido distinto al que la interpreta según la
equidad, o quien acude al método teleológico, la voluntad del
legislador, la costumbre, etc. Aunque a los legos en esto les parezca
extraño, es así, y no hay que enfurecerse, ni llamar golpistas o
apátridas a quienes tienen interpretaciones diferentes sobre la
aplicación de la Constitución para este delicado caso.
Pero no se trata solamente de un ejercicio de razonamiento jurídico,
estamos ante un problema que va afectar seriamente la vida nacional, y
en consecuencia, hay que tomar la decisión más prudente y conveniente.
En este sentido, me inclino por la propuesta de Asdrúbal Aguiar que
dice: “Si el presidente no se presenta el día 10 de enero, por estar
impedido para hacerlo, como la Constitución tiene un vacío en este caso,
lo razonable sería que, interinamente se encargue de la Presidencia de
la República al presidente de la Asamblea Nacional, e inmediatamente
solicite al Tribunal Supremo de Justicia que active el procedimiento
para constatar la condición física del presidente y la magnitud de la
falta: si es temporal habrá que esperar el tiempo prudencial para la
incorporación del funcionario, y si no es así, se debe declarar la
ausencia absoluta y convocar a elecciones”.
Sé que muchos no estarán de acuerdo con lo anterior, pero hay muchos
sentimientos y exaltaciones políticas involucradas. Por lo tanto, las
circunstancias obligan a tomar la solución que resulte más convincente
para la gente. Me decía una persona en días pasados que, “quería que le
hablaran con la verdad: no es posible que los funcionarios del alto
gobierno no conozcan el estado de salud del presidente; la ciencia
médica está tan avanzada que es impensable que los galenos que lo
atienden no puedan responder con claridad y certeza a la pregunta ¿Puede
Hugo Chávez gobernar a Venezuela en los próximos 6 años?”. Ese es el
meollo de la cuestión, y es lo que debe resolver la asamblea si el
presidente no se juramenta el 10 de enero. La pasión por el poder y el
interés político nublan la mente, pero si se piensa realmente en el
país, se debe actuar con prudencia y escoger la solución más razonable,
en medio de esta “guerra de interpretaciones” que nos conducen
peligrosamente a escenarios de confrontación no deseados.
Pues el fallo del TSI es totalmente bizarro. No hay motivo para una junta médica (?) Increíble. No hay término para la ausencia, es indefinida (?) Increíble, puede ser de años. La ausencia temporal debe ser informada por el presidente, mediante un decreto (?) Increíble. El permiso fue ratificado por la AN, con una cartica del VP (?). Insólito. El fallo del TSI no tiene ningún asidero lógico ni de sentido común. Por lo menos tendrían que habilitar una junta médica, al menos aplacaría un poco los ánimos de la oposición...
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