domingo, 7 de abril de 2013

Como el guaraguao


Hay una voz popular poco conocida que dice, “está como el Guaraguao: fregao pero acostumbrao”. Se refiere a la situación de algunas personas que a pesar de estar en dificultades no hacen nada por mejorar, más bien se adaptan a las circunstancias. Algo parecido está pasándole a la mayoría de la población que se acostumbra a cosas que son verdaderamente insólitas. Voy a hablar brevemente de algunas de ellas.

Hace más de 2 meses que no vemos al Presidente de la República, sólo recibimos explicaciones poco convincentes de algunos voceros del gobierno; digo poco convincentes, porque conociendo a Chávez, es poco creíble que esté trabajando con los ministros, sin haberse dirigido directamente al país. Pero lo insólito es que nos estamos acostumbrando a esa situación y cada vez hablamos menos de ella en vez de exigir que se aclare.

Por otro lado, la inseguridad ha crecido de tal manera que es difícil salir a la calle y encontrar lugares donde se pueda estar seguro. Los espacios públicos casi han desaparecido para la ciudadanía convirtiéndose en territorio de malandros. Pero la gente se acostumbró a eso, y en vez de tratar de recuperarlos opta por la solución más sencilla, no ir a ellos.

Lo de los alimentos de la cesta básica es increíble, la gente se acostumbró a que desaparezcan de repente sin saber cuándo estarán nuevamente a la venta; y después, cuando aparecen sorpresivamente, hacen largas colas durante horas para poder comprarlos como si se tratara de algo normal.El colmo de todo lo anterior fue la reacción del ciudadano común ante la devaluación, perdió el 40% del poder adquisitivo de su sueldo como si no hubiera pasado nada.

Sé que las cosas no están como para tomarlas en broma, pero a veces hay que apelar a la ironía para tratar de despertar a la gente. No es posible que se acepte como algo normal vivir en medio de esta incertidumbre. Y no estoy refriéndome a parcialidades políticas porque lo que he comentado anteriormente le interesa por igual a todos los venezolanos. Los ciudadanos tienen que reaccionar y exigir a los gobernantes acciones diferentes. No podemos pedir garantías absolutas, pero tenemos que exigir un mínimo de certeza sobre aspectos esenciales de la vida pública y privada: saber qué pasa con el Presidente; poder caminar las calles sin correr peligro; encontrar los alimentos básicos sin hacer actos heroicos y que el sueldo nos alcance para vivir. Si no queremos ser como el Guaraguao, vamos a reaccionar ante esas cosas que nos “friegan”; es decir, las que no nos permiten vivir con tranquilidad. Porque más allá de las posturas políticas, eso es lo que quiere todo el mundo.

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