miércoles, 10 de noviembre de 2010

El socialismo humanista

La idea del socialismo forma parte de la cotidianidad del venezolano. El gobierno la eleva como bandera del proyecto político de la revolución bolivariana. Nos encontramos rodeados de frases, imágenes o sonidos, que nos repiten constantemente que estamos en la ruta del Socialismo del Siglo XXI.  Pero en esta acción hay más  fuerza y pasión que claridad conceptual: por una parte se pregona, “Patria Socialismo o Muerte”, pero ni siquiera sus más  insignes defensores saben explicar con claridad de que se trata, e inclusive caen en  grandes contradicciones.
Dice el presidente Chávez,  que el socialismo del siglo XXI se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en y el amor. Pero igualmente asevera, que la revolución no pacta con la oligarquía y que en Venezuela se está desarrollando una lucha de clases. Escuchando esto, recuerdo una vieja conferencia de  José Ortega y Gasset, dictada el 2 de diciembre de 1909 en la casa del Partido Socialista de Madrid: “Para mi el socialismo es cultura. Y cultura es cultivo, construcción. Y cultivo y construcción son Paz. El socialismo es el constructor de la gran paz  de la tierra. ¿Cómo no he de trabajar para que el socialismo deje de significar enemista, negación y lucha? No, no, los socialistas no somos solo enemigos de nuestros enemigos, no somos un principio de enemistad, Somos antes que esto y más que esto, amigos de nuestros amigos, tenemos un ideal de ubres inagotables, entorno al cual se agrupan, se aúnan, comulgan, comunican y se socializan los hombres; antes que nada y más que nada somos un principio de amistad. No se si esto os extraña: a vosotros se os ha enseñado que la formula central del socialismo es la lucha de clases. Por ello yo no estoy afiliado a vuestro partido, aun siendo vuestro corazón hermano del nuestro. Solo un adjetivo nos separa: vosotros sois socialistas marxistas; yo no soy marxista” (Discursos Políticos; Alianza Editorial página 31)

Este espacio no permite  analizar a fondo el contenido de la citada conferencia. Solo la menciono brevemente, porque creo que su lectura sería provechosa para  quienes dirigen o pretenden dirigir el destino del país. Más aún, su lectura puede ser  recomendable para quienes pretendan explorar, dentro de una concepción socialista, opciones diferentes del marxismo tradicional. Personalmente, creo  que la mayoría  de las aspiraciones revolucionarias de ayer, están plasmadas en nuestro texto constitucional y que el nuevo socialismo, no es otra cosa que hacer realidad la propuesta humanista contenida en la doctrina y legislación sobre derechos humanos. Si el socialismo del siglo XXI es – como dice el presidente-  solidaridad, fraternidad y amor, ¿a que debe parecerse? al marxismo o a la mencionada proposición de Ortega y Gasset: “el socialismo antes y más que una necesidad económica es un deber, una virtud moral: es la  veracidad científica, es la Justicia… socialización de la cultura, comunidad de trabajo y resurrección moral” Ojala que la crisis que vivimos nos ayude a construir otro socialismo; no el de la lucha de clases, la confrontación o la revancha, sino el del  respeto a la dignidad del hombre como valor supremo del estado,  el de la justicia social como realidad y no como simple aspiración   y el del bien común  como norte de la política y la función pública: un socialismo humanista que se constructor de la paz social.

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